[Poesía y crítica. (1938-1940)]
DIRECTOR: Rafael Solana
RESPONSABLES: Octavio Paz, Rafael Solana, Efraín Huerta, Alberto Quintero Álvarez
DOMICILIO: Industria 208. México, D.F.
PERIODICIDAD: irregular
La revista Taller es la primera publicación sólida de la generación que se dio a conocer con las revistas Barandal*, Cuadernos del Valle de México* y Taller Poético*. A excepción de Octavio Paz, los editores de Barandal y Cuadernos del Valle de México se retiraron luego de las funciones editoriales, pero no dejaron de escribir.
Después de la experiencia de Taller poético, los miembros del grupo decidieron ampliar las posibilidades de la revista para integrar narrativa y ensayo político y filosófico.
Los primeros cuatro números de esta revista estuvieron a cargo de Rafael Solana; los ocho restantes fueron responsabilidad de Octavio Paz.
Para Solana, la revista tuvo entre sus principios ser un órgano de difusión de la creación de escritores mexicanos y extranjeros; se trataba de generar un foro abierto para las manifestaciones culturales del país.
En el primer número, ideado, realizado y pagado por Solana, figuran poemas inéditos de Federico García Lorca rescatados por Genaro Estrada y con ilustraciones de José Moreno Villa; también aparecen notas de Xavier Villaurrutia y José Revueltas, así como un texto de Andrés Henestrosa: "Retrato de mi madre".
En el primer número, según Paz, quedó definió el temple de la primera promoción de la nueva generación, pues unos años después apareció un segundo grupo, el de Tierra Nueva*.
Solana fue director "en ausencia" de los siguientes tres números: un viaje lo alejó del país y del proyecto editorial, y las entregas se publicaron gracias al apoyo de Eduardo Villaseñor, quien donó el papel.
Para esta segunda época de la revista, del número 5 en adelante, el grupo obtuvo ayuda económica de la Editorial Séneca. A partir de entonces, Octavio Paz apareció como director. La publicación guardó en esencia su estructura inicial, aunque se hicieron modificaciones mínimas, como cambiar la numeración de arábiga a romana.
En este número aparece un nota que presenta la segunda época de la revista Taller. Ahí se advierte que el Consejo de redacción se ha enriquecido con nombres españoles y se justifica el hecho argumentando que es parte de la fidelidad a la cultura y, especialmente, a la causa viva de la herencia hispánica. En esa nota se dice también que Taller, más que revista de coincidencias, será una revista de confluencias.
La revista publicó artículos de corte político, pero, a decir de Paz, no fue partidaria del arte nacionalista ni comprometido. Rafael Solana afirma que Taller nunca persiguó ninguna finalidad social, sino que fue una revista enteramente artística, que no significó un cambio de postura frente a los Contemporáneos*, sino una prolongación de las ideas culturales y estéticas de esa genración. Al parecer, esta ausencia de una decisión ideológica definida fue el motivo del distanciamiento de escritores que por entonces pertenecían a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR)*, bajo el influjo del Partido Comunista.
En esta segunda época desaparecieron del directorio los cuatro iniciadores del proyecto y quedó sólo el director, Octavio Paz, y el secretario, Juan Gil Albert. Como Cuerpo de redacción se menciona, por orden alfabético, a Ramón Gaya, quien dibujó las viñetas, José Herrera Petere, Efraín Huerta, Alberto Quintero Álvarez, Antonio Sánchez Bardubo, Rafael Solana, Lorenzo Varela y Rafael Vega Albela.
En ambas épocas se incluyeron importantes suplementos, como "Temporada en el infierno", de Rimbaud, traducido por José Ferrel; "Hyperión", de Hölderlin, traducido por Juan Gil-Albert; "La retama", de Leopardi, traducido por Miguel de Unamuno; poemas de T.S. Eliot, traducidos por Rodolfo Usigli; textos Juan Ramón Jiménez, Ángel Flores, León Felipe, Octavio G. Barreda y Bernardo Ortiz de Montellano; "Liras españolas", precedidas de un "Discurso de liras", de Pablo Neruda; una selección "Sobre el amor y las mujeres" de Juan Ruiz de Alarcón, por Antonio Castro Leal, y una edición de las Endechas, de Sor Juana Inés de la Cruz, con notas de Xavier Villaurrutia.
Según Solana, la revista desapareció debido al carácter transitorio de los colaboradores españoles, quienes la invadieron y luego la abandonaron para mudarse de país o volver a España
Véase también Generación de Taller*
DIRECTOR: Rafael Solana
DOMICILIO: Querétaro 206. México, D.F.
PERIODICIDAD: irregular
Taller Poético fue el resultado de los esfuerzos de Rafael Solana, joven estudiante de leyes interesado por la literatura. Aparecieron cuatro números: el primero en mayo de 1936 y el último en junio de 1938.
Taller Poético tenía como propósito lograr la concordia entre todos los poetas existentes en México: era una revista de unificación. Según el fundador, se trataba de incursionar en las propuestas del pasado, pero también en las actuales. La revista buscó aglutinar escritores de toda la República.
Según Solana, la revista fue de su creación y se considera el único responsable de ella. Asimismo, la palabra “taller”, que le da título, no estuvo utilizada en un sentido “proletario”, sino “académico”, como sinónimo de “laboratorio”.
Taller Poético invitó tanto a escritores reconocidos como a principiantes a colaborar en sus páginas. La revista se especializó en la publicación de poesía. Escribieron ahí los integrantes de la generación anterior, responsables de la revista Contemporáneos*: Jaime Torres Bodet, Carlos Pellicer, Salvador Novo, Ortiz de Montellano y Xavier Villaurrutia.
En esta revista surgieron escritores como Carmen Toscano y Octavio Novaro. La publicación aglutinó poetas anteriores que no pertenecían a grupo alguno, más jóvenes que los Contemporáneos* y antecesores de la generación de Rafael Solana; entre ellos estaban Elías Nandino, Anselmo Mena, Enrique Asúnsolo, y allí comenzó a darse a conocer Efraín Huerta.
Rafael Solana imprimía la revista en una prensa de mano que Miguel N. Lira tenía en General Anaya. El tiraje era corto. El cuarto número ya no se hizo en el taller de Lira, sino en la imprenta Ángel Chapero. La escasa producción incluyó algunos ejemplares nominados para los suscriptores y autografiados por cada uno de los colaboradores al pie de sus textos.
A decir de Rafael Solana, la desaparición de Taller Poético se debió a una sugerencia de Alberto Quintero Álvarez de abrir las posibilidades de la revista a la publicación de prosa. Estos dos escritores, junto con Efraín Huerta y Octavio Paz, decidieron fundar una nueva revista, que se denominó Taller*.
Además de los cuatro números de la revista, se publicó un libro de Carmen Toscano, tres de Efraín Huerta, uno de Enrique González Martínez, otro de Mauricio Gómez Mayorga, dos de Enrique Guerrero Larrañaga y uno de Luis Cardoza y Aragón. También se hizo, con dibujos de Roberto Montenegro, un tomo dedicado a conmemorar el centenario de Garcilaso de la Vega en el que aparece un ensayo de Jaime Torres Bodet, que por entonces trabajaba en la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Taller Poético es una publicación sobria que no incluye ilustraciones ni gráficos. Está diseñada exclusivamente para ser un órgano de difusión de poesía. En la portada aparece el título y en la primera página interior se encuentra un listado de colaboradores
DIRECCIÓN: Juan José Reyes, Fernando García Ramírez
REDACCIÓN: Aurelio Major
DOMICILIO:
PERIODICIDAD: mensual
Con ilustraciones
Revista que nació como una publicación del diario El Nacional, siendo su director José Carreño Carlón. Posteriormente se incorporan a la Redacción Josué Ramírez y Noé Cárdenas. A partir de abril de 1991, la Redacción estará integrada por Cárdenas, Carlos Miranda y Rocío Pérez Von Rossum. El contenido de la revista abunda en ensayo, reseña crítica, poesía y cuento, entre otras cosas.
El primer número apareció en mayo. La sección "El autor y su obra" está dedicada a un autor en especial, con textos suyos y de crítica alrededor de su obra; "Repisas", sección repartida a lo largo de la revista, contiene poesía. En las últimas páginas hay comentarios de libros que, a partir del número sexto (octubre de 1989), tomarán el nombre de "Repisas". También se incorpora la sección "El cuento de Textual". La primera sección de la revista, sin título específico, es de orden monográfico. Así, el primer número esta dedicado a Alfonso Reyes, con textos de autores como José Emilio Pacheco y Mario Vargas Llosa; el segundo, a los 50 años del exilio español en México, con textos de Ramón Xirau y otros.
El número de abril de 1991 se inicia con un texto titulado "Dos años de Textual" donde se recapitula la trayectoria de la revista.
En junio de 1992, la revista se abre con un texto de despedida donde se dice que al principio, gracias a la invitación de José Carreño Carlón, se pensó en hacer una revista de bibliografía. Más abajo se agrega que la publicación concluye por razones administrativas.
Entre los autores que colaboraron en Textual se encuentran algunas de las plumas más representativas de la cultura mexicana de los últimos años
[Revista de letras universitarias. (1940-1942)]
RESPONSABLES: Jorge González Durán, José Luis Martínez, Alí Chumacero y Leopoldo Zea
DOMICILIO: Ribera de San Cosme 71. Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. México, D.F.
PERIODICIDAD: bimestral
Con ilustraciones
A diferencia de sus antecesoras, Barandal*, Cuadernos del Valle de México*, Taller Poético* y Taller*, Tierra Nueva tuvo los privilegios del impulso institucional: vino al mundo auspiciada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Apareció simultáneamente a los últimos números de Taller. Los integrantes de Tierra Nueva eran unos años menores que los fundadores de Barandal y Cuadernos del Valle de México, pero pertenecieron a la misma generación. Según Octavio Paz no hubo enemistades entre estos grupos editoriales.
El primer número tuvo como fecha enero y febrero de 1940. En las primeras páginas aparece una nota de presentación en donde los responsables hablan del nuevo órgano informativo y sus pretensiones.
La revista duró tres años exactos en circulación. Apareció con los nombres de cuatro responsables: Jorge González Durán, Leopoldo Zea, José Luis Martínez y Alí Chumacero, quienes permanecieron juntos hasta el último número, publicado en diciembre de 1942. Ellos mismos relatan que Tierra Nueva fue el resultado de un llamado de la Rectoría de la Universidad. La institución brindó todo tipo de apoyos a este nuevo proyecto editorial. El doctor Gustavo Baz, rector de la UNAM en ese tiempo, buscó el impulso y el aspecto de renovación, con objeto de fortalecer la creación y difusión culturales de la institución universitaria. Tierra Nueva no tenía apuros financieros, por lo que destacó en términos de calidad y puntualidad. El tiraje se realizó en la Imprenta Universitaria*, dirigida en ese tiempo por Francisco Monterde.
Según los responsables, no se tuvo el objeto de formar un grupo cerrado de amigos para publicar, sino que la revista se postuló como un espacio abierto y libre que contendría trabajos literarios y filosóficos de los estudiantes. Se publicó poesía, cuento y ensayo literario.
Se publicaron colaboraciones de estudiantes universitarios y de extranjeros, así como de connotados escritores mexicanos. Se dio cabida a generaciones anteriores, como la que formó el grupo conocido con el nombre de Contemporáneos*, así como a autores jóvenes y a una generación intermedia sin grupo.
La nota de presentación de la revista termina con un agradecimiento a Juan Ramón Jiménez y Alfonso Reyes, "nuestros primeros huéspedes", y a las autoridades universitarias. Juan Ramón Jiménez abre el primer número con el título "Navegante", y Alfonso Reyes participa con un breve relato denominado "El cipango y la antilia". En este primer número también publica Leopoldo Zea un ensayo sobre Heráclito.
Los primeros dos números tuvieron varias secciones. "Páginas de hoy" se dedicó a comentar los libros recibidos en el domicilio de la revista. La sección "Revistas" contenía información sobre diversas publicaciones de México. Hay reseñas de publicaciones como Taller, Artes Plásticas, Raíces y Frutos de la cultura, Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas y Revista de Estudios Universitarios, todas ellas de la UNAM, así como Ábside* y Letras de México*, editada por Octavio G. Barreda. En la sección "Noticias literarias" se publicaron novedades editoriales. Las secciones no se firmaron.
Desde el primer número se publicaron suplementos dedicados a la difusión de poesía. De Jorge González Durán apareció "Seis asonancias y un epílogo"; de Manuel Duarte Guillé, "Apertura en el sueño"; de Jesús Reyes Ruiz, "Cuatro Poemas"; de Alí Chumacero, "Páramo de sueños"; de Octavio Paz, "Bajo tu clara sombra"; de Rabindranath Tagore, "El jardín de los niños", y de Jorge Cuesta, "Poesía". Además, completan la colección dos suplementos prologados y comentados por José Luis Martínez, que hablan de poesía mexicana en general: "Narciso" y "Elegía por Melibea y otros poemas".
A partir del segundo número surge la sección "Notas"; en ella se publicó información de diversos autores, de novelas recientes, de libros de poesía o situaciones personales de algún de escritor. En esta sección colaboraron Leopoldo Zea, José Luis Martínez, María del Carmen Millán, Juan Manuel Terán y Alí Chumacero, entre otros.
La revista es sobria en su presentación. En la portada aparece el título, una pequeña viñeta al centro y, en la parte baja, el sumario. En la línea final se da crédito a la UNAM y se incluyen la fecha, el año y el número. En la segunda de forros se publican los nombres de los responsables
Véase también Generación de Tierra Nueva*
DIRECTORES: Clemente Soto Álvarez y Arturo Adame Rodríguez
JEFE DE REDACCIÓN: Carlos Vargas
DOMICILIO: Campeche 412, México, D.F.
PERIODICIDAD: quincenal
Con ilustraciones
La idea de la publicación parte de un grupo de amigos con ideas afines sobre el arte y la literatura: Arturo Adame Rodríguez, Miguel Duhalt, Arturo Gálvez y Fuentes, Margarita Michelena, Ramón Gálvez Monroy, Tomás Perrín y Clemente Soto Álvarez.
Una característica fundamental de Tiras de colores fue su deseo de romper con el formato tradicional de la revista mexicana, por lo que el primer número presentaba una forma alargada (como tiras de papel) y comenzaba en la portada con una remembranza de un capítulo de la historia mexicana: la caída de Tenochtitlán en 1521. La revista abrió sus páginas con un epígrafe de la obra Los siete contra Tebas, de Sófocles, y un poema, a manera de mensaje, de Pablo Neruda.
En la declaración de principios, que apareció en la segunda entrega, la revista se presentaba como un espacio desde el cual se difundirían las nuevas voces líricas de México. Los editores se mostraban abiertamente hostiles a "los homosexuales que escriben literatura"; pretendían reformar socialmente a las letras mexicanas y arrebatárselas al homosexualismo. Para sanear a la literatura de esta "enfermedad moral" se erigió Tiras de colores, conformada por gente heterosexual. La actitud moralista fue uno de los tonos distintivos de la revista a lo largo de su existencia.
Sus secciones se mantuvieron fijas desde el inicio: "Cuento", "Poesía", "Quincena artística", "Café Express", "Rincón del disparate", "Novela", "Antología del chiste político" y "Teatro".
A partir de noviembre de 1944, su formato cambia: comienza a publicarse como una revista tradicional y a su nombre se le agrega un subtítulo: "Revista de Arte y Literatura". Carlos Vargas dejó su puesto como jefe de redacción a Aníbal Gallegos, quien se mantendrá hasta el último número de la revista.
Un año después, vuelve a cambiar la presentación de la publicación: el papel es más económico y las letras de la portada son de color azul marino.
En los últimos números se hizo una invitación a los artistas de provincia para formar un foro pictórico. La exposición incluiría acuarelas, óleos y grabados originales, y se invitaba al público en general a asistir y participar "haciendo una crítica sensata" de la obra expuesta. Tiras de colores organizó también muestras de fotografías.
En julio de 1946 salió el último número de la revista, que había sido patrocinada casi en su totalidad por Álvaro Gálvez y Fuentes