José Juan Teodoro Tablada nace el 1º de abril, en la ciudad de México, en Puente de Alvarado 18, Plazuela de Buena Vista. Hijo de José Aguilar de Tablada, de 53 años, y Mariana Acuña, de 39. Sus abuelos paternos fueron Juan Nepomuceno de Aguilar Tablada
—ayudante Mayor de los Dragones del Rey en la Nueva España, de origen español— y Josefa Gutiérrez de los Ríos, descendiente del Marqués del Apartado. Sus abuelos maternos, Tomás Acuña y María Eugenia Osuna, eran del pueblo de La Noria, cercano a Mazatlán.
Fue bautizado el 25 de abril de 1871 en la iglesia parroquial de San Antonio de las Huertas con el nombre de José María Juan Nepomuceno Teodoro de la Santísima Trinidad. Fue el único varón entre siete hermanas.1 Su primera infancia transcurrió en la Hacienda de Chicomostoc, Tlaxcala, de la cual su padre era dueño o administrador. También pasó un tiempo en Otumba, lugar por el que su padre fue diputado.
Su árbol genealógico familiar fue consultado en la base de datos generada por el Seminario de Genealogía Mexicana en la plataforma de libre acceso Geneanet.org
Viaja a Mazatlán con su madre y un tío para visitar a la familia. Con el paso de los años, este recuerdo se convirtió en un anuncio premonitorio de su afinidad con Oriente, pues Tablada dice haber recorrido entonces el mismo camino que transitaban los comerciantes con las mercancías que llegaban a México en las Naos de China.1
La feria de la vida, México, 1991, Conaculta, p. 19.
Vive una temporada en Puebla de los Ángeles donde asiste a la escuela primaria que dirigían los hermanos Flores. Uno de ellos, el poeta Manuel M. Flores, elogia sus dibujos y le obsequia una caja de acuarelas. Ya en la Ciudad de México, frecuenta la casa del Tío Pancho, quien lo introduce en la apreciación de las artes plásticas y en la observación de la naturaleza pues era ornitólogo y pintor amateur.1
Obras IX. La feria de la vida, pp. 115-121.
Se instala con su familia en el barrio de Tacubaya en la capital del país. Concluye su primaria en el Instituto Katthain, de formación alemana, y el Colegio de Grosso donde aprende francés.
Conoce a Julio Ruelas en el Instituto Científico e Industrial Mexicano de Tacubaya. Visita con otros adolescentes las cantinas y prostíbulos cercanos a la Alameda y el Gran Teatro Nacional; también contempla los desfiles de galantería que pasan por Plateros y San Francisco. Quizás estos años están retratados en el poema "Impresión de adolescencia" de Li-Po y otros poemas (1920).
Sus inquietudes de adolescente lo llevan a frecuentar en Tacubaya los puestos y barracas donde había juego, música, bebida, prostitución y peleas de gallos, según relata en sus memorias. A mediados de año ingresa en el Colegio Militar como medida correctiva adoptada por su padre a raíz de una escapada nocturna. Se reencuentra con Julio Ruelas en esta institución. Permanece poco tiempo en el Colegio Militar donde, en sus horas libres, dibuja y colecciona insectos. Con Julio Ruelas funda un periódico irreverente, El Sinapismo, en el que Ruelas dibuja y Tablada escribe. Ahí comienza a perfilarse su habilidad como epigramista y su inclinación por el periodismo.
José de Aguilar Tablada, padre de José Juan Tablada, fue hijo de don Juan Nepomuceno de Aguilar Tablada, quien fuera ayudante mayor del Regimiento de Dragones de Nueva España. José de Aguilar Tablada fue Segundo Recaudador de Contribuciones Directas del Distrito Federal de 1868 a 1873.1 Falleció a los 70 años, el 17 de julio de 1888. El poeta tenía entonces 17 años.
Archivo José Juan Tablada, sección "Documentos personales y familiares de JJT", acta de defunción de José de Aguilar Tablada, 18 de jul. de 1888, copia certificada en México, D.F., 25 jul. 1963.
Se tiene noticia de "A…", como el primer poema recogido de la obra tabladiana. Aparecido en La Patria Ilustrada, edición de los lunes de La Patria. El Diario de México, editado por su dueño, Ireneo Paz. Tablada seguirá colaborando en este diario hasta 1911.
Siendo empleado de contabilidad del Ferrocarril Central, El Universal acepta sus primeros poemas de manera sostenida: entre enero de 1891 y octubre de 1892, publica alrededor de 34, la mayoría de los cuales será incluida en la primera edición de El florilegio (1899). Rafael Reyes Spíndola, su director, lo invita a colaborar también con traducciones y artículos. Un intenso trabajo lo lleva a entregar 78 colaboraciones, de marzo de 1891 a agosto de 1892, que dan cuenta de sus lecturas francesas (Maupassant, Richepin, Daudet, Goncourt), sus paseos, comidas en restoranes y tabernas, visitas al teatro y a exposiciones en la Academia de San Carlos (en cuya reseña empieza a desarrollarse como crítico del arte nacional), entre otros aspectos. Explora también, bajo el seudónimo de "Revelator", una serie de entrevistas falsas.1
Vid. Esperanza Lara Velázquez, Catálogo de artículos de José Juan Tablada en publicaciones periódicas mexicanas (1891-1945), México, UNAM, IIFL, 1995, pp. 23-29, y La iniciación poética de José Juan Tablada [1888-1899], México, UNAM, IIFL, pp. 79-85.
Colabora de febrero a julio en el "Semanario humorístico con ilustraciones y caricaturas" de José María Villasana, que fungía como director, editor propietario e ilustrador.1 La Redacción le da la bienvenida en marzo con el siguiente texto:
José Juan Tablada, naciente bardo empapado en el modernismo de los neuróticos franceses. Baudelaire y Richepin, Rollinat y Paul Verlaine; el que mejor ha transplantado al invernadero de nuestros anémicos jardines las flores de alabastro, los cantos azules y las estrofas escarlatas, de los mismos soñadores; él que ha iniciado la poesía histérica de fin du siècle, con sus siluetas macabras y sus voluptuosas contorsiones; el joven de poderosa inteligencia que en sus vagidos literarios traza los poemas que en largos años no sorprendieron los veteranos del Parnaso; el elegante prosista que inyecta sus obras luminosas de savia palpitante, sólo concentrada en un cerebro pletórico de ideas nuevas; [José] Juan Tablada, decimos, ha concurrido también con su poderoso contingente al prestigio de nuestro semanario, y ha llenado de luz las páginas del México Gráfico, elevando el perfil literario de nuestro periódico.2
Sobre el caricaturista, Tablada anota:
Villasana parecía todo, menos artista. Era suspicaz, pero no talentoso: afable aunque tibio como amigo, y si su trato solía ser agradable era porque debido a su larga frecuentación de hombres notables, tenía vasto acopio de recuerdos divertidos y era como un anecdotario ambulante. Burgués, por lo demás, al grado de guardar el dinero en un portamonedas, de donde lo extraía parsimoniosamente para pagar a sus redactores, entre quienes, después, yo habría de contarme...
[…]
Cuando lo conocí y lo interrogué sobre por qué no reasumía en su trabajo del momento, el estilo libre, fluido y algunas veces poderoso hasta recordar a Daumier, de que había hecho gala en El Ahuizote y El Coyote, no obtuve jamás respuesta satisfactoria.3
En esta publicación también aparecerá una caricatura basada en su seudónimo Revelator, así como una de las primeras críticas a su obra.4
José Juan Tablada, "Crisantema (Inédito)" en México Gráfico, 7 de febrero de 1892, pp. 3 y 6.
Sin firma, "José Juan Tablada" en México Gráfico, 3 de julio de 1892, p. 2.
Obras IX. La feria de la vida, pp. 207-208.
Villasana, "Pseudónimos. Revelator" en México Gráfico, 24 de abril de 1892, p. 5.
Sin firma, "Perfiles. José Juan Tablada" en México Gráfico, 31 de julio de 1982, pp. 6-7.
A partir del mes de junio, comienza a publicar en el diario de Ignacio Cumplido, Nacido como El Siglo XIX. Este primer texto es parte de una conversación con literatos de la época, como Manuel Gutiérrez Nájera y Luis G. Urbina, sobre la Sonata a Kreutzer de Tolstoi.1 Ahí también comenzará sus "Semblanzas" que después se transformarán en "Máscaras" de artistas y literatos en la Revista Moderna. Sus colaboraciones poéticas y en prosa llegaron hasta octubre de 1893.2
El 8 de enero publica "Misa negra" en El País —periódico recién lanzado el 1° de enero del mismo año, donde Tablada dirigía la sección literaria— poema que causa escándalo entre la burguesía porfiriana e inicia el primer debate en torno al decadentismo, con una serie de textos que aparecen en diferentes periódicos, entre enero y febrero de ese año, a favor y en contra del movimiento literario.
Tablada es retirado de la redacción de El País, pese al apoyo de sus compañeros modernistas. Este incidente contribuirá a que el proyecto de fundar la Revista Moderna se fortalezca y, años más tarde, se haga realidad.
Desde el 7 de febrero y, luego, a finales de julio y principios de agosto, publica los primeros poemas con tema oriental. Aparecen en los diarios de la época, en un lapso de pocos meses: "Crisantema", "Nirvanah" y "Kwan-on (Venus búdica)". Hacia septiembre del siguiente año (1894) revisita esta temática en "Florón" que antes había escrito, costumbre de la época, en el álbum de la señorita Eva Cevallos. Posteriormente, en 1896 publica "Sol de oriente" y "Japón"; tres años después, en El florilegio (1899), incluye todos estos poemas de temática oriental, que destacan por ser anteriores a su viaje a Japón.
El 23 de septiembre publica "Ónix" en la primera página de El Siglo Diez y Nueve, poema que despierta gran admiración en el medio literario de la época:
Para sus contemporáneos, no será "Misa negra", sino "Ónix" el poema que representa el momento culminante de su producción modernista. En ambos, Tablada refleja, además de un excelente manejo de la lengua del verso, un dominio de la luz, el color, el espacio y la perspectiva, con una estructura basada en la simetría geométrica. Desde entonces, como ya hemos visto, Tablada no sólo se interesaba por las artes visuales, sino que había incursionado en ellas como creador. 1
Como narra en sus memorias, la publicación de este poema propiciará que al poco tiempo conozca a Jesús E. Valenzuela y se lance a una farra que "duró tres días con sus noches".2
Esther Henández Palacios, "José Juan Tablada. Tadición y modernidad", en Texto Crítico. Nueva época, julio-diciembre de 2001, p. 111.
José Juan Tablada, La feria de la vida, México, Conaculta, 1991, pp. 322-325.
Gracias a la fecha anotada en el reverso de la acuarela De un biombo de la antigua escuela Kano, copia realizada por Tablada de esta pieza del mobiliario del diplomático español Pedro de Carrere y Lembeye, se puede establecer que a partir de entonces se acentúa su interés por el arte orienal.
La amistad con Carrere y Lembeye fue de gran importancia para el japonismo de Tablada. En una línea del diario, fechada en junio de 1913, declara con entusiasmo que adquirió la colección de libros y álbumes japoneses de este personaje.1
Cabe decir que Tablada, previamente y a través de la traducción, había entrado en contacto con los temas orientalistas, ya que en julio de 1891 tradujo "El arte japonés" de Edmond Jules de Goncourt.2
En junio publica en la Revista Azul "El despertar de la 'musmé' (Acuarela de 'Kunisada')",1 una de sus prosas de tema japonés más importantes, ya que se trata de una écfrasis de gran lirismo. Infelizmente no se ha podido identificar la pieza que originó esta minuciosa descripción.
24 de junio de 1894, p. 16.
El 11 de octubre, arriba a Mazatlán, en el buque americano San José, procedente de San Blas, intentando alejarse de los excesos de la bohemia metropolitana.1 Recomendado por José Ferrel con Miguel Retes, dueño de El Correo de la Tarde, llega para ocupar el lugar que había dejado Amado Nervo. Escandaliza a la sociedad porteña con sus actitudes y desplantes. Su estilo periodístico no se adapta a las expectativas del ambiente de provincia.
“Capitanía de Puesto de San Blas. Salidas de pasajeros”, Períódico Oficial del Territorio de Tepic, 11 de octubre de 1894, p. 4.
Se embarca de regreso de Mazatlán el 24 de enero y se instala unos meses en Guadalajara, donde recibe la noticia de la muerte de Manuel Gutiérrez Nájera (3 de febrero de 1895), a quien consideraba su mentor espiritual.
Véase José Juan Tablada, La feria de la vida, México, Conaculta, 1991, p. 290.
En la Revista Azul, aparecen varios poemas suyos, algunos de ellos publicados previamente: "Alba mística" (3 de febrero de 1895), "Odas nocturnas: Venecia" (24 de marzo de 1895, dedicado a Manuel Gutiérrez Nájera), "Odas nocturnas: Fuegos artificiales" (22 de septiembre de 1895), "Talismán" (29 de septiembre de 1895, inédito), "Canción de las gemas" (15 de diciembre de 1895, inédito). Una sola prosa ha sido localizada hasta ahora: una breve estampa sobre fetichismo y música de los negros estadounidenses titulado "¡Manitou!" (15 de septiembre de 1895).
Aproximadamente en junio de 1895 regresa a la Ciudad de México. Se sabe poco de sus actividades durante este año pues hay una laguna en su producción periodística.
A finales de septiembre, Carlos Díaz Dufoo anuncia en la Revista Azul que Tablada se encuentra internado para desiontoxicarse:
Por acudir a este manantial eterno, por anhelo de esta embriaguez divina, nuestro exquisito artista José Juan Tablada, atraviesa hoy por dolorosa y aguda crisis: es un envenenado de Baudelaire, un iniciado en los misterios de esa vida de las drogas estimulantes de la imaginación; el éter, la morfina, el haschich, esos emboscados pérfidos de los sentidos han hecho de él presa y le desgarran sin piedad. Ha sido preciso someter al refinado autor del Ónix a un tratamiento médico, tonificar aquel espíritu, enamorado loco del ensueño, borrar como una esponja los delirios de una fantasía inquieta, audaz, que huía febrilmente hacia las venenosas comarcas, en donde góndolas negras, arrastrando lívidos cadáveres, se deslizan sobre ondas luminosas.1
También el diario El Tiempo da la noticia:
D. José Juan Tablada, que se encontraba bastante enfermo a consecuencia del abuso de la morfina, decidió, de un modo enteramente espontáneo, y aconsejado por varios amigos, ponerse en curación formal. Con este fin, y por ser indispensable que se sujete al paciente a un tratamiento especial en que se le prive en absoluto de su libertad de acción para que prescinda de las inyecciones, resignóse a permanecer algún tiempo en el hospital de dementes de San Hipólito, a donde fue conducido por personas que lo aprecian. Ocupa el joven Tablada un departamento especial, se le trata con toda clase de consideraciones y se tiene esperanza de que esté completamente curado dentro de algunas semanas.2
Varias acuarelas suyas permiten afirmar que efectivamente fue internado en el mencionado hospital.
Asistió al "Gran Picnic Bohemio" en Tres Marías el 8 de marzo de 1896, organizado por Manuel Caballero, editor del Almanaque de Arte y Letras, en honor de Joaquín Baranda, Secretario de Justicia e Instrucción Pública. Asistieron cerca de cien autores de diferentes filiaciones literarias y periodísticas.
Continúa en marzo de ese año sus colaboraciones en El Mundo. Semanario Ilustrado, que en 1900 sería renombrado como El Mundo Ilustrado, y en el cual, Tablada matendría sus colaboraciones poéticas y más tarde en prosa hasta 1914.
El 30 de septiembre de 1896 participa con un poema en el Homenaje a los Héroes de la Independencia, convocado por la Sociedad Patriótica Gratitud Nacional, de la que comenzó a formar parte ese año.
El 18 de octubre reanuda sus colaboraciones periodísticas en El Universal, con la serie “Crónica Dominical”, como heredero de la legendaria columna najeriana, más tarde renombrada “Dominicales”, la cual recibió de manos de Luis G. Urbina, sustituto del Duque Job desde su muerte y hasta finales de 1896; además, publica el poema "En Navidad", en el mismo diario, el 25 de diciembre.
El 10 de abril inicia sus colaboraciones con el poema "Versos viejos", en la sección "Página Literaria" del periódico El Nacional, en el cual seguirá colaborando, sobre todo, con crónicas y textos en prosa hasta 1900.1
Al respecto de las colaboraciones en esta publicación, vid. Esperanza Lara Velázquez y Rodolfo Mata, "'Notas de la Semana' y otras columnas periodísticas de José Juan Tablada en El Nacional (1897-1900)". Debe mencionarse que "Versos viejos" es la segunda versión de "Lévanah", publicado en El Siglo Diez y Nueve el 29 de julio de 1893.
Mariana Acuña viuda de Tablada fallece en Mazatlán.
En el primer volumen de sus memorias, La feria de la vida, José Juan Tablada relata que estaba emparentado con Genaro Estrada por la común descendencia de los Osuna de Sinaloa, avecindados en el pueblo de La Noria, cerca de Mazatlán. El recuerdo con que inicia este volumen es precisamente un viaje que hizo a los tres años con su madre y un tío a visitar a la familia en el puerto. La primera descripción que Tablada hace de su madre es genérica:
Tanto mi madre doña Mariana como mis tías doña Laura y doña Cleofas, fueron bellísimas mujeres, como lo son la mayor parte de las mujeres de la costa del Pacífico, sobre todo las de Sinaloa y Sonora... Al valor y la fuerza de los rancheros de La Noria, correspondía la belleza y bondad de aquellas mujeres que, en el hogar, en la más perfecta abnegación como esposas y como madres, tenían virtudes menos visibles, pero más admirables quizás que las que demostraron sus padres, esposos e hijos en el campo de batalla o en las actividades agrícolas y marítimas.1
Más adelante da algunos detalles sobre su carácter:
Mi madre era creyente sin ser fanática. Su plegaria era su vida misma, de perfecta abnegación a la familia y bondadosa solicitud hacia quienes conocía. Era señora de clarísima inteligencia y de muy buen consejo, siempre dispuesta a conciliar los ánimos y a disculpar las faltas ajenas.2
La madre de Tablada está presente en una serie de anécdotas más que contribuyen a la idea proyectada por el poeta de que tuvo una infancia feliz. Entre ellas destacan los recuerdos que relacionan el origen porteño de su familia materna y su posterior interés por las culturas orientales.
Participa en la segunda polémica sobre el decadentismo, desatada ahora por la crítica de Victoriano Salado Álvarez al libro de poemas Oro y negro, de Francisco M. de Olaguíbel, publicada en diciembre del año anterior. Tablada interviene con su texto "Los modernistas mexicanos y monsieur Prudhomme", que aparece en dos partes dentro de las páginas de El Nacional.1
El Nacional, 9 y 16 de enero de 1898, p. 3 (en ambos casos).
Aparece la Revista Moderna (1898-1903), proyecto del cual es miembro fundador. En el primer número, dirigido por Jesús E. Valenzuela, publica "Exempli gratia o fábula de los siete trovadores y de la Revista Moderna".1 Colaborará durante toda la primera época de la publicación.
Según Tablada, fue Bernardo Couto quien se dio a la tarea de encargar un legendario y perdido primer número al “impresor Carranza, que vivía en el callejón del Cincuenta y siete”, el cual contaba con dieciséis páginas, cubiertas a color y con ilustraciones de Leandro Izaguirre.2
Este proyecto fue retomado por Valenzuela como director, quien sufragó las deudas que Couto dejó y continuó con la publicación de esta revista quincenal, ubicando sus oficinas en el último piso de un edificio en una esquina frente al templo de La Profesa. 3
Revista Moderna, 1º de julio de 1898, pp. 2-3.
Las sombras largas, México, Conaculta, 1993, p. 24.
Ciro B. Ceballos, Panorama mexicano 1890-1910, México, UNAM, 2006, pp.367-382; José Juan Tablada, op. cit., pp. 22-27; y, Jesús E. Valenzuela, Mis recuerdos, México, Conaculta, 2001, pp. 121-126.
En julio, aparece la primera edición de El florilegio, publicada por la imprenta de Ignacio Escalante, con portada de Ángel Pons. Rubén M. Campos da la noticia en su columna "Notas efímeras": "De un Graal misterioso del Arte, a flor de agua del lago sonoro, tripulando la barca del ensueño traída por el cisne, viene, al viento la cimera resplandeciente, El florilegio de José Juan Tablada..."1
Para estas fechas, el poeta se encuentra en un momento muy importante de su ascenso en el panorama literario del moderismo en México. En octubre, el libro es reseñado favorablemente por Luis G. Urbina. Para este autor, el volumen contiene una voz personal que revela el influjo del simbolismo –"Tablada introdujo entre nosotros, el nuevo estremecimiento de Baudelaire"– y los rasgos exotistas del parnasianismo –"[las] páginas huelen, con aristocrática vaguedad, a arrozales del Japón, a higos de Smirna, a incienso, y a no sé qué suave fragancia de bibelot tocado por manos de mujeres hermosas". Urbina pone en perspectiva el movimiento modernista y ubica a Tablada junto a Rubén Darío y Manuel Gutiérrez Nájera, como "el propagandista más avanzado de la actual estética francesa."2
También Amado Nervo saluda la publicación como "delicioso y delicado exotismo"; apuesta a que debe de estar por agotarse, dada la fama en Hispanoamérica del exquisito poeta "introductor del modernismo en México"; y elogia poemas que juzga ya célebres como "Ónix", "Soneto Watteau", "Misa negra", "Japón" y "Magna Pecatrix".3 Este año el millonario chihuahense Jesús Luján llega a la Revista Moderna, invitado por Jesús Valenzuela, y brinda su apoyo económico a la publicación, asunto que será motivo de un cuadro de Julio Ruelas en 1904.
Rubén M. Campos, "Notas efímeras", en La Patria de México, 30 julio de 1899, p. 1.
Luis G. Urbina, "Florilegio de José Juan Tablada" en El Mundo. Semanario Ilustrado, 29 de octubre de 1899, p. 264. Reproducido en Revista Moderna, octubre de 1899, pp. 305-306.
Amado Nervo, "El florilegio", en Revista Moderna, octubre de 1899, p. 328.
Viaja a Japón subvencionado por Jesús Luján. El lunes 14 de mayo a las 7:40 pm sale de México por la línea del Ferrocarril Central rumbo a San Francisco. Se instala en esta ciudad y desde ahí envía a la Revista Moderna la crónica "Hacia el país del sol: sitios, impresiones, episodios",1 primera de la serie "En el país del sol", que continuará escribiendo en Japón.
El 15 de junio, según indica en la acuarela "Mi casa en San Francisco California. Busch [sic] St. 334", se embarca hacia Yokohama, después de haber permanecido en esa dirección desde el 26 de mayo. Aunque en su diario dice que viaja a bordo del "Empress of Japan", dado que la ruta de este navío era de Vancouver a Yokohama y no pasaba por San Francisco, lo más probable es que haya tomado el “Hong Kong Maru”, como apunta Martín Camps,2 barco que zarpó de San Francisco a Yokohama, según registros, y que pertenecía a la misma línea que el barco en el que se comprobó su regreso, la Toyo Kisen Kaisha (Oriental Steamship Co.). Un dato que apoya esta suposición es el anuncio del viaje de Tablada que publica la Revista Moderna donde se menciona que era “vía San Francisco, California y las islas Hawai”.3
El regreso, comprobado en registros microfilmados en el Archivo Nacional de llegada de inmigrantes a San Francisco, fue en el “America Maru” que zarpó de Yokohama el 5 de diciembre y arribó a San Francisco el 22 de diciembre.
1ª quincena de julio de 1900, pp. 200-203.
"Pasajero 21: Evidencia del viaje de Tablada a Japón en 1900", Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, año XL (80), 2º semestre 2014: 386.
"[la Revista Moderna] ha resuelto enviar al Japón a su apto redactor el Sr. Tablada, para que sobre el terreno recoja impresiones y emprenda estudios cuya importancia no supliría la mejor documentación simplemente teórica" ("La Revista Moderna en el Japón" en Revista Moderna, 2ª quincena de mayo de 1900, p. 154).
En enero se anuncia su regreso a México.1 Continúan apareciendo sus crónicas de la serie "En el país del sol". Reanuda su noviazgo con Evangelina Sierra y González, "Lili", hija de Santiago Sierra y sobrina de Justo Sierra, Secretario de Instrucción Pública.
La noticia aparece en El Tiempo, 17 de enero de 1901, p. 2. No obstante, ya desde el 25 de diciembre de 1900, El Tiempo había anunciado: “Don José Juan Tablada, a pesar de sus aficiones al japonismo, padece terribles nostalgias en aquel lejano imperio del Oriente, según ha escrito a sus amigos, y pronto regresará a México”. En realidad, ya estaba fuera de Japón, quizás en Chihuahua.
En julio es nombrado miembro de una comisión para elaborar un catálogo de las colecciones de objetos artísticos de la Escuela de Bellas Artes. También recibe el encargo de revisar las bodegas del Museo Nacional y hacer un inventario de las pinturas existentes.
El 7 de enero se casa con Evangelina Sierra. El viaje de bodas tiene como destino principal París.
En junio de este año es nombrado oficial de la Sección de Archivo, Estadística e Información, dentro de la Secretaría de Instrucción Pública.
La Revista Moderna cambia su nombre a Revista Moderna de México (1903-1911). Esta nueva época comienza a publicarse en septiembre. En ella, Tablada continúa la columna "Máscaras", que había compartido con otros escritores en la anterior época. Dedica sus primeras tres entregas a Efrén Rebolledo, Jesús Urueta y al colombiano José Asunción Silva. Sus colaboraciones en esta publicación se mantendrán en forma regular hasta 1906, año en que se disgusta con Jesús Valenzuela.
Aparece la segunda edición de El florilegio, corregida y aumentada, con prólogo de Jesús Valenzuela. De 33 poemas que tenía el libro en 1899, ahora suman 84. Destaca la nueva sección "Musa japónica" en la que se incluyen sus paráfrasis de poetas japoneses.1 Esperanza Lara Velázquez hace una confrontación minuciosa de ambas ediciones en La iniciación poética de José Juan Tablada (1888-1899) (México, UNAM, 1988).
En la "Gacetilla" del Diario del Hogar (22 de enero de 1904, p. 2), se anuncia entre las novedades editoriales.
El famoso cuadro de Julio Ruelas que conmemora el arribo de don Jesús Luján a la Revista Moderna, en 1899, fue comentado por José Juan Tablada en dos ocasiones. Una corresponde al artículo "Exégesis de un 'Capricho al óleo de Ruelas'", publicado en noviembre de 1904 en la misma revista. La otra es el capítulo IV de la segunda parte de sus memorias, Las sombras largas, publicado el 25 de marzo de 1926, en El Universal. El cuadro fue reproducido en las páginas de la revista con el título La llegada de Luján a la Revista Moderna, en el número de octubre del mismo año.
Retoma clases de pintura con el profesor Antonio Fabrés y Costa, pintor español que entonces dirigía la Academia de San Carlos. Tablada anota en su diario el jueves 12 de enero: "Fui por primera vez a dibujar del modelo vivo a la clase del Profesor Antonio Fabrés".1
Obras IV. Diario (1900-1944), p. 52.
Inicia sus colaboraciones en prosa con temas orientalistas y prehispánicos en El Mundo Ilustrado, que se sostendrán de manera constante hasta 1908, y de manera intermitente hasta 1914, cuando la publicación desaparece. En dichos textos también deja constancia de la introducción del automóvil en el país, gracias a las "instantáneas" de un recorrido de México a Toluca, abordo de este transporte. Las últimas entregas están dedicadas a las artes plásticas en torno a las obras de Julio Ruelas, Roberto Montenegro y Rafael Ponce de León.1
Ver Esperanza Lara Velázquez, Catálogo de artículos de José Juan Tablada en publicaciones periódicas mexicanas (1891-1945), México, UNAM, 1995, pp. 42-44.
Colabora en la edición diaria de El Mundo —aparecida en 1896 para expandir la edición ilustrada que era semanal— con la columna del lunes llamada "La Semana", que había sido iniciada por Amado Nervo, el 10 de abril de 1905, y recibida por Tablada, el 17 de julio del mismo año. Los textos tabladianos están dedicados a los eventos sociales, pero sobre todo a los relacionados con artistas y temas de arte en México. Mantuvo la columna hasta septiembre de 1906, según se tiene noticia.1
"La Semana" en El Mundo. Edición Diaria, 17 de julio de 1905, p. 1.
Tablada anota en su diario: "Di el primer abono del terreno que he comprado, 845 metros cuadrados entre Churubusco y San Francisco al oeste y este respectivamente. La Natividad al sur y la vía de los eléctricos al norte. Pienso hacer mi casa allí más tarde y por lo pronto tener el compromiso de ahorrar".1
Obras IV. Diario (1900-1944), p. 54.
El 16 de febrero recibe el nombramiento de profesor de Arqueología en el Museo Nacional, cargo que ejerce posiblemente hasta 1908, año en que decide dedicarse a la venta de vinos, pues ya en 1909 es sustituido por Ramón Mena.
Inicia sus colaboraciones en El Imparcial, las cuales mantendrá hasta 1910. Las firmadas con su nombre mantienen la atención en Oriente, el automovilismo, las artes plásticas y el arte prehispánico. También vuelve la vista hacia el deporte en consonancia con su interés por Japón, a través del jiu-jitsu. En cuanto a columnas con título específico, de febrero a mayo de 1907 se publican las "Crónicas del boulevard". A partir de junio de 1909, con distintos seudónimos, comienza a publicar la columna de sátira política "Tiros al blanco".1
Ver Esperanza Lara Velázquez, Catálogo de artículos de José Juan Tablada en publicaciones periódicas mexicanas (1891-1945), México, UNAM, IIFL, 1995, pp. 49-58.
Continúa trabajando como funcionario de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes pero se encuentra cansado de los cargos burocráticos y de los comentarios insidiosos acerca de su parentesco con los Sierra.
Conoce en el gimnasio a Víctor Ramond quien lo inicia en la teosofía y le ayuda a establecerse como comerciante de vinos. Desea nuevamente alejarse de la bohemia, practicar el deporte y cambiar de vida. Logra reunir una buena suma que le ayuda a concluir la construcción de su casa en Coyoacán, la cual tendrá un jardín estilo japonés, con un estanque lleno de carpas y tortugas, un invernadero de orquídeas, árboles frondosos –entre los que se cuenta su amado saúz–, un pabellón japonés, un tori-i o pórtico shintoísta, un lujoso estudio decorado con finos muebles, piso de parquet y sus colecciones de arte oriental y mexicano, hierros, porcelanas y lacas.
El 10 de diciembre publica "De José J. Tablada. En defensa legítima", en que responde al doctor Manuel Flores su crítica acerca de la respuesta que dio a la encuesta "¿En dónde y en qué época hubiera querido nacer y vivir?" La elección de Tablada había sido Japón y Flores le reprocha que su idealización de Oriente tergiversaba la realidad. Tablada hace alarde de erudición sobre el tema y menciona su viaje como una prueba de su vivencia real de dicho país.
Lo interesante de esta defensa es que cierra de la siguiente manera: "debo declarar que hace mucho tiempo he abandonado la poesía y otras varias manías no menos perjudiciales e improductivas [...]. Soy un activo comisionista, señor doctor, un simplex mercator [...]. Ejerzo el periodismo, porque su retribución y el producto de mis negocios, me procuran cierta independencia y el mediocre bienestar a que aspiro, lejos de la gloria de la vanidad literaria que absorbió por desgracia buenos años de mi vida".1
Tanto el texto de Manuel M. Flores como la respuesta aparecieron en El Imparcial, 29 de noviembre, p. 1 y 10 de diciembre de 1908, pp. 4-5, respectivamente.
Colabora con una serie de artículos de sátira política en la columna "Tiros al blanco", en El Imparcial, del 5 de junio al 30 de agosto. Con ellos ataca al partido Antirreeleccionista y a Francisco I. Madero, en favor de la reelección de Porfirio Díaz, y busca desalentar la candidatura de Bernardo Reyes a la vicepresidencia y apoyar la de Ramón Corral. Hace una selección de los artículos de dicha columna y los publica en octubre en el volumen Tiros al blanco. Actualidades políticas.
Publica La epopeya nacional, poema épico dedicado a cantar las glorias del presidente Porfirio Díaz. En julio se le designa auxiliar de la Comisión Reorganizadora del Archivo Nacional.1 Recibe el encargo de escribir una serie de biografías de los titulares de la Secretaría de Relaciones Exteriores, a partir de 1821, las cuales serán publicadas entre 1911 y 1913.2
Publica Madero-Chantecler, su única obra teatral, que lleva como subtítulo Tragi-comedia zoológico-política de rigurosa actualidad en tres actos y en verso (representable en 4ª tanda). Utiliza el pseudónimo "Girón de Pinabete, Alcornoque y Astrágalo" y el sello editorial "Compañía Aserradora de Maderos". El 26 de septiembre es nombrado diputado por el tercer distrito de Tlaxcala.1
Cf. Diario Oficial, 26 de septiembre de 1910, p. 236.
El 2 de mayo de 1911 la Secretaría de Relaciones Exteriores lo comisiona para que estudie la organización de los archivos que visitará en Europa.1 Viaja a París y el 3 de diciembre Revista de Revistas inicia la publicación de sus "Crónicas parisienses".2
Regresa de París en febrero de 19123 y durante todo el año sus crónicas continúan apareciendo hasta abril de 1913.
Guillermo Sheridan, Obras IV. Diario (1900-1944), p. 70.
Cf. "El cadáver del Maine" en Obras III. Los días y las noches de París, p. 55, fechada: "La Habana, 16 de octubre de 1911".
Cf. "Marinas. Diario de a bordo" en Obras III. Los días y las noches de París, p. 55, fechada: "Domingo 25 [febrero 1912]".
En diciembre recibe de José María Pino Suárez, entonces ministro de Educación, el nombramiento de profesor de literatura en la Escuela Nacional Preparatoria. Hace crecer su colección de estampas japonesas. En La Nación publica en diciembre un par de artículos que anuncia como adelantos de la novela La Nao de China la cual ha comenzado a pasar en limpio. También cultiva sus intereses naturalistas.
En febrero observa amedrentado los hechos sangrientos de la Decena Trágica. Continúa como jefe de redacción de El Imparcial. Aunque le repugna la noticia del encarcelamiento de Madero y Pino Suárez, así como su posterior asesinato, tal lo asienta en su diario, se une al régimen que resulta del golpe de estado de Victoriano Huerta, quien lo mantiene en su cargo en El Imparcial y lo nombra Inspector de Bellas Artes.1
En marzo concluye la decoración de su estudio que describe minuciosamente en su diario y en junio adquiere la colección de libros y álbumes japoneses del diplomático español Pedro Carrere y Lembeye.2 En julio viaja a Puebla con Carrere para arreglar la compra de la botica pintada por Miguel Jerónimo Zendejas en 1797.
Entre agosto y septiembre escribe y publica La defensa social. Historia de la campaña de la División del Norte, patrocinada por el Dr. Aureliano Urrutia, para halagar a Victoriano Huerta. En septiembre, Urrutia deja el ministerio de Gobernación y Tablada pierde su posición en El Imparcial, diario que comienza a ser dirigido por Salvador Díaz Mirón.
El 13 de octubre es nombrado director de El Diario Oficial y, el 27, profesor de Artes Orientales en la Academia de Bellas Artes. Su matrimonio con Evangelina Sierra atraviesa una crisis aguda que culminará en separación.
Publica Hiroshigué. El pintor de la nieve, de la lluvia, de la noche y de la luna. Recibe la distinción de la Cuarta Clase de la Orden Imperial de Meiji y la insignia del Tesoro Sagrado, condecoraciones otorgadas por el Emperador de Japón a través de su legación en México, con sello imperial del 15 de marzo.
Después de la caída de Huerta, el 15 de julio, la capital entra en un estado de caos. El 21 de septiembre Tablada zarpa rumbo a La Habana a bordo del City of Tampico,1 en compañía de colegas que también habían colaborado con el gobierno golpista. De ahí pasó a Galveston, Texas, y posteriormente a Nueva York.2
Los rebeldes zapatistas destruyen y saquean su legendaria casa de Coyoacán; entre los objetos que desaparecen está el manuscrito de su novela inédita La nao de China.
Cf. Antonio Saborit, “Prólogo” a la antología José Juan Tablada, México, Cal y Arena, 2008, p. 14.
Según José María González de Mendoza, en "Cómo conocí a José Juan Tablada", el poeta le contó que uno de sus primeros empleos en Nueva York fue trabajar en una fábrica de bombillas eléctricas.
Según anota en el índice a la sección "Otros poemas ideográficos" de Li-Po y otros poemas (1920), compone los dos madrigales ideográficos: "Talon rouge" y "El puñal". Seguramente asistió a la exposición en las Little Galleries of the Photo-Secession de Alfred Stieglitz, donde se exhibió el trabajo de su amigo José Torres Palomar, al lado de dibujos y pinturas de Picasso y Braque, y de piezas arcaicas de cerámica y piedra labrada mexicanas, del 9 de diciembre de 1914 al 9 de enero de 1915.
Cuenta en una crónica de 1930 que durante 1915 visitaba cotidianamente el Museo Metropolitano de Nueva York en condiciones de limitados recursos económicos.
Dibuja el retrato Pepe Castellot, fechado el 17 de abril, y escribe el prólogo al Rubayat (1918), traducido por este gran amigo suyo.
Según el recorte Old Bartholomew Church, también conservado en su archivo gráfico, vive con José Torres Palomar en E 43th st., donde dibujan "kalogramas murales". También anota que realiza los "primeros versos ideográficos": "El puñal" y "Talón rouge". Esta fecha puede entrar en confrontación con la que el propio Tablada consigna en el índice de la sección "Otros poemas" de Li-Po y otros poemas (1920). El hecho es que la primera publicación de "Talon rouge" de la que se tiene noticia se dio en la revista colombiana Voces (nos. 43, 44 y 45, diciembre de 1918), y la de "El puñal", en la revista cubana Social (enero de 1919).
Se encuentra en México en enero buscando su reconciliación con el gobierno de Venustiano Carranza y logra entrevistarse con él. Regresa a Nueva York y asiste a la exposición que organiza Marius de Zayas en la Modern Gallery. Se enamora de Eulalia Cabrera Douval, su alumna de francés, a quien llaman Nina, hija de una familia de origen cubano que posee ingenios en la isla. Según lo anota ella en José Juan Tablada en la intimidad, se conocieron en la primavera de 1917. Produce dibujos como el de Carlos Alcalde, quien muere ese año.
En la revista semanal Pegaso, aparece el poema "Lawn Tennis", de versos cortos y singular disposición en la página, que imita el ir y venir de la pelota. En el número anterior, además de anunciar este inédito del poeta, se publican las prosas "La cebra" y "Los elefantes", como parte de El bestiario piadoso, volumen que nunca salió a la luz. "Los elefantes" se integró a El arca de Noé (1926), libro que de manera similar profesa la piedad búdica hacia los animales, mientras que "La cebra" fue relegado.
El 17 de julio conoce a José María González de Mendoza (1893-1967), el Abate, quien se convertirá en uno de sus amigos, estudiosos y discípulos más destacados. Llegado a México en 1910, procedente de su natal España, figura como autor de importantes artículos y ensayos sobre Tablada en una época en que la crítica no se había interesado en las distintas facetas de la obra del escritor: "Trayectoria de José Juan Tablada", "José Juan Tablada y el espiritualismo", "La obra inédita de José Juan Tablada", "Tablada y la micología" y "Pinturas de Tablada", entre otros.
En marzo recibe de Raoul Mille, bajo el sello editorial de la Viuda de Charles Bouret, el primer ejemplar de Al sol y bajo la luna, con prólogo de Leopoldo Lugones, portada de Jorge Enciso y kalograma de Torres Palomar.
En junio se da noticia de que la editorial Librería de la viuda de Charles Bouret —que cerraría sus puertas definitivamente en 1920— publica su libro Los días y las noches de París, donde se reúnen sus crónicas parisinas (1911-1912).
En julio se encuentra en la Ciudad de México, hospedado en la YMCA. Dos crónicas relatan sus reuniones con amigos y con el presidente Venustiano Carranza.
A comienzos de 1918 empieza a publicar en Nueva York en varios periódicos y revistas de lengua española, como el Magazine de la Raza.
En octubre es nombrado "Secretario de la Legación de Méjico en el Ecuador".
El 9 de octubre contrae matrimonio con Eulalia Cabrera Douval, conocida como Nina. Antes de terminar el año se embarca con ella rumbo a Sudamérica. Después de permanecer unos días en La Habana, donde la prensa lo saluda como poeta mientras visitan a la familia de su esposa, continúan hacia Colón, Panamá. De ahí prosiguen su viaje a Santa Marta hasta llegar a Barranquilla, Colombia, donde remontan el río Magdalena. En Girardot toman el tren que los conduce finalmente a Bogotá.
Al iniciar el año se encuentra instalado en Bogotá. Publica diversos artículos sobre literatura, artes plásticas y la política del gobierno de Venustiano Carranza. La prensa local le da la bienvenida comentando su trayectoria literaria y su misión diplomática. Dicta conferencias y logra llamar la atención del público colombiano, especialmente de los poetas jóvenes. Gran parte de su estancia transcurre en el Hotel La Esperanza, estación veraniega en medio de las montañas a la que se traslada intermitentemente por razones de salud pues se encontraba a menor altura que la capital. Ahí escribe y dibuja las imágenes de su primer volumen de haikus, Un día... poemas sintéticos.
Editado en Caracas, Un día... es un hito en la poesía en lengua española porque introdujo el haikú japonés al idioma. La concisión de los poemas implica el abandono del preciosismo verbal y la retórica modernistas. Con este libro se suele decir que comienza la vanguardia en México.
Alegando problemas de salud, se rehúsa a seguir al embajador Gerzayn Ugarte a Ecuador. De ahí la frase "A Quito yo me lo quito".
Casi dos décadas después de su viaje a Japón, En el país del sol recoge la mayoría de las crónicas que narran sus impresiones de su visita a ese país. El volumen fue editado en Nueva York.
Aparece en El Universal Ilustrado su primera crónica de tema neoyorquino, "Tres artistas mexicanos en Nueva York".
Editado en Caracas, con pie de la Imprenta Bolívar fechado el 6 de enero, Li-Po y otros poemas reúne sus poemas ideográficos, tanto de corte caligramático como futurista. Con ellos, Tablada sitúa a la poesía mexicana en la vanguardia internacional.
Sale rumbo a México el 19 de enero. Se detiene en Macuto, camino de La Guaira, donde continúa extasiado observando la naturaleza
—árboles, pájaros, peces, insectos, etc.— a la espera del vapor holandés Orange Nassau. Pasa por Puerto Cabello y Curazao. Permanece unos días en México, en los cuales se entrevista con Carranza para pedirle que le permita continuar en Nueva York las labores que hasta entonces había desarrollado en pro de su gobierno.
A mediados de febrero se encuentra instalado en Manhattan e inicia en forma sus columnas "Crónicas neoyorkinas" y "México en Nueva York", labor cronística que posteriormente continuará bajo otros nombres de columnas y que planeará antologar en un volumen que se iría a titular "La Babilonia de Hierro".
Colabora con su poema de corte futurista y dadaísta “Ja...! Ja...! Ja...! Ja...!” en México Moderno , revista dirigida por Enrique González Martínez en ese momento y cuyo jefe de redacción era Genaro Estrada.
Con parte de la liquidación de la Librería de los Latinos que le fue dada en especie, cediéndole un terreno, inicia la construcción de su bungalow en las montañas de Catskill, lugar de recreo en el que observa la naturaleza y cultiva su amor por los animales. Ahí recibió a varios artistas, Miguel Covarrubias entre ellos. 1
Nina Cabrera de Tablada, José Juan Tablada en la intimidad, UNAM, México, 1954, pp. 73-82.
En contacto con José Vasconcelos, colabora a partir de julio de ese año en la revista El Maestro, cuyos directores eran Enrique Monterde y Agustín Loera Chávez. Imparte conferencias y escribe artículos en Nueva York a favor de la política educativa del gobierno de Álvaro Obregón. Republica sus crónicas neoyorkinas en la revista puertorriqueña Repertorio Americano.
En noviembre publica su “Retablo a la memoria de Ramón López Velarde” en la revista México Moderno, como homenaje póstumo a su gran amigo.
Inicia su relación epistolar con Genaro Estrada —entonces Oficial Mayor de la Secretaría de Relaciones Exteriores— quien le brinda apoyo. Mantendrán esta correspondencia alrededor de una década.1 Tablada menciona en sus memorias que estaba emparentado con él por la común desdendencia de los Osuna de Sinaloa y por eso lo llamaba "primo".2
Recibe el nombramiento de Escribiente en el Consulado de Nueva York.
Manuel Maples Arce incluye su nombre en el "Directorio de vanguardia" que acompaña Actual número 1, manifiesto inaugural del estridentismo.
En este mismo año y en Nueva York, Tablada comienza a escribir una monografía del arquitecto y artista plástico Francisco Eduardo Tresguerras (1759-1833), impulsado por sentimientos patrióticos, según cuenta el abate de Mendoza en "Tablada y Tresguerras".
Con El jarro de flores, editado en Nueva York e ilustrado con una serie de grabados de Adolfo Best Maugard, Tablada continúa su experimentación con la forma japonesa del haikú. Ante la incomprensión de la crítica sobre su libro anterior de haikús, responde con el prólogo "Hokku", donde explica explica la procedencia e importancia de su labor poética de síntesis.
Manda colaboraciones a Puerto Rico Ilustrado y a El Heraldo de Cuba. El 23 de abril, Edgar Varèse estrena su cantata Offrandes, cuya segunda parte está dedicada al poema de Tablada "La croix du sud", en el International Composers Guild de Nueva York. Publica en The International Studio algunos ensayos sobre arte mexicano. La prensa neoyorquina se ocupa de su obra poética. Sufre una severa infección renal.
El 6 de diciembre sale rumbo a México, en compañía de Julio Torri, José Vasconcelos y otros. Vasconcelos venía de regreso de su gira por Sudamérica y había arribado a Nueva York a dar una conferencia sobre la educación en el país. En la ciudad frecuenta a sus amigos y es agasajado por ellos. Arqueles Vela aprovecha el encuentro ylo entrevista para el Universal Ilustrado.
El 21 de febrero de 1923, en el Salón de Actos del Museo Nacional, ante la presencia de Vasconcelos, es nombrado por estudiantes y jóvenes artistas "el poeta representativo de la juventud".1 Durante el evento, lee su poema "Mujer hecha pedazos" que, por sus singulares metáforas, pasa a formar parte de las efemérides de los estridentistas quienes defienden su novedad.2
El 25 de febrero, el Consejo Cultural y Artístico de la Ciudad de México ofrece un banquete al poeta, quien parte a Nueva York al día siguiente para continuar la difusión del arte mexicano en esa urbe.
En el artículo que da cuenta de ello pueden verse una serie de caricaturas hechas por X. Peña de los asistentes al evento, entre los que se encuentran los pintores José Clemente Orozco, Diego Rivera, Adolfo Best Maugard, Roberto Montenegro, además de funcionarios y músicos. La única mujer presente fue la cantante Fanny Anitúa.
Dicho evento deja ver el papel y la importancia de Tablada como crítico del arte mexicano.
El 5 de abril dicta la primera de una serie de conferencias sobre arte mexicano en George Town University, Washington.
Para apoyar sus exposiciones, la Secretaría de Relaciones Exteriores envía a esa capital una colección de piezas arqueológicas mexicanas.
Colabora con ensayos escritos en inglés en revistas especializadas de arte como International Studio, Shadowland, Survey Graphic y The Arts. En esta última aparece el primer artículo en inglés sobre Diego Rivera. Inicia la redacción de su Historia del arte en México y el proyecto que llevaría el nombre de "Iconografía de la Ciudad de México" o "Iconografía mexicana" y que quedará inconcluso.
Su ensayo "La función social del arte" es publicado como prólogo al Método de dibujo de Adolfo Best Maugard.
En octubre es nombrado Cónsul Particular de Cuarta comisionado especial para propaganda cultural.
Dedica sus ratos libres a tallar y policromar muebles. Envía crónicas a periódicos argentinos.
Colabora con su poema "Supradimensional" en el tercer y último volumen de la legendaria revista estridentista Irradiador. Revista de vanguardia, dirigida por Manuel Maples Arce y Fermín Revueltas. Un borrador de este poema fue compilado por Héctor Valdés con el título "Instantes" en Obras I. Poesía.
El volumen da cuenta del apoyo de Tablada a los jóvenes artistas, así como de los cambios en su poética personal.
Para dar entrada al poema se incluye una caricatura de Tablada a página completa firmada por Hugo Tilghman.
Maples Arce recuerda la fundación de la revista:
En un rincón, aislados por su paradoja y mis idealizaciones, sorbíamos nuestro café y preparábamos entusiastas proyectos. De una de estas conversaciones surgió la idea de hacer la revista Irradiador, que emprendí en colaboración con Fermín Revueltas. La nota saliente fue un manifiesto hecho de lemas e irreductibles ecuaciones, que no respetaba a educadores ni filósofos. Nos instalamos con un anuncio muy espectacular que pintó Revueltas en la librería que César Cicerón acababa de inaugurar en la avenida Madero. Las trapacerías del empleado motivaron que la revista se suspendiera al cuarto número, con el reposo de “rastacueros, roncadores y rotitos”.1
M. Maples Arce, Soberana juventud, Xalapa, Universidad Veracruzana, 2010, pp. 90-91.
En febrero comienza la columna "Nueva York de día y de noche" en El Universal, que dura hasta octubre de 1934, en la que reúne más de medio millar de crónicas.
El 13 de marzo en el Whitney Club se inaugura una exposición con obras de los recién llegados pintores Miguel Covarrubias y José Clemente Orozco, y del escultor Luis Hidalgo.
En su crónica "La invasión del arte mexicano.- México no es un simple país de insurrectos y cactus espinosos.- La exposición del Whitney Club ha sido reveladora", Tablada narra:
En los salones del Whitney Club, reputado por artistas y amateurs como un emporio de refinamiento y buen gusto, acaba de inaugurarse la exposición de pinturas y dibujos de José Clemente Orozco; de caricaturas a colores por Miguel Covarrubias y de esculturas en cera por el extraordinario caricaturista en volumen Luis Hidalgo.1
Tablada, siempre interesado por la plástica mexicana y de vanguardia, dedicará otros artículos y notas a jóvenes representantes del arte de su tiempo.
Con ilustraciones de Jorge Duhart Schafino, el jueves 10 de abril comienza a publicar por entregas la novela La resurrección de los ídolos en El Universal Ilustrado. Concebida en 1922 y concluida en febrero de 1924, la llegó a calificar como "novela americana teosófica-psicoanalítica-intuitiva".1
Entre octubre y diciembre, bajo el sello editorial La Pajarita de Papel, del PEN Club de México, aparece el folletín Intersecciones, que consta de dos poemas y tres haikús, con temas teosófico-espiritualistas.
José María González de Mendoza, "José Juan Tablada y el espiritualismo" en Ensayos selectos, Fondo de Cultura Económica, México, 1970, p. 133.
En octubre, huyendo del ruidoso apartamento en Nueva York y en busca de tranquilidad y paz espiritual, compra a plazos una casa en "1 Continental Ave., Forest Hills, Long Island", como indica su correspondencia con Genaro Estrada, "a 15 minutos de Nueva York con 86 trenes diarios". Paga el enganche mediante la venta de 4 lotes que había adquirido en White Plains hacía 4 años y que subieron de precio.1
Cartas a Genaro Estrada (1921-1931), edición, prólogo y notas de Serge Zaïtzeff, UNAM, México, 2001, p. 68.
De enero de 1925 a julio de 1928 aparecen en El Universal las entregas de sus memorias, que posteriormente reunirá en dos volúmenes. El primero, titulado La feria de la vida, se publicará en 1937, mientras que el segundo, Las sombras largas, no alcanzará a editarse en vida del autor.
Por intermediación del fotógrafo Sherrill Schell, inicia amistad con Claude Fayette Bragdon, importante arquitecto norteamericano, autor de diversos ensayos donde relaciona el espiritualismo, la cuarta dimensión y el arte y el diseño, entre los que destacan Man the Square: A Higher Space Parable (1912), A Primer of Higher Space (The Fourth Dimension) (1913) y Four Dimensional Vistas (1916). Tablada consideraba a Bragdon como guía espiritual, Nina Cabrera relata que fue íntimo amigo suyo y que estuvo en su lecho de muerte. Bragdon fue traductor, junto con Nicholas Bessaraboff, del Tertium organum de Petyr Demianovich Ouspensky, otra obra de gran impacto en el pensamiento espiritualista de Tablada.1
Cf. Rodolfo Mata, Las vanguardias literarias latinoamericanas y la ciencia: Tablada, Borges, Vallejo y Andrade, México, UNAM, 2020.
En abril, el periódico The Trend le solicita una serie de 5 artículos sobre México, en los que, de acuerdo con el consulado mexicano, proyecta una imagen favorable de México y el presidente Plutarco Elías Calles. En julio ya estarán todos publicados y quedarán 3 más para ser incluidos en dicho periódico durante los meses siguientes.1 Ese mismo mes conoce en una cena al poeta Kahlil Gibran, queda impresionado por sus conocimientos y escribe la crónica "Aventuras espirituales".2 En agosto se somete a un tratamiento para aliviar sus afecciones renales. Se quejará de ellas durante los años siguientes.3 Se interesa cada vez más en la teosofía, el espiritualismo y el ocultismo. La nostalgia que siente por su país se agudiza.
Concluye su poemario La feria. La Compañía Nacional Editorial Águilas publica en México la antología de lecturas para niños El arca de Noé, organizada por él y con textos suyos y de otros autores dedicados a los animales. Incrementa considerablemente su colección de grabados antiguos de México y se dedica a catalogarlos, al igual que sus estampas de Hiroshigué.1 Profundiza en sus lecturas sobre espiritualismo y teosofía; recibe la orientación de su amigo el arquitecto Claude Bragdon.
Cf. Cartas a Genaro Estrada (1921-1931), Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2001, pp. 100, 106.
En marzo, le propone la venta de su biblioteca japonesa a Manuel Puig Casauranc, entonces secretario de Educación Pública. El trato se consumará al año siguiente. A principios de abril, le comenta a su amigo Genaro Estrada, subsecretario de Relaciones Exteriores, que los libros ya están en México y en julio de nuevo le pide apoyo para recibir el pago correspondiente.1
Cf. Cartas a Genaro Estrada (1921-1931), edición, prólogo y notas de Serge Zaïtzeff, UNAM, México, 2001, pp. 100 y 120.
La Compañía Editorial Águilas publica, en México, su Historia del Arte en México, obra pionera en su campo. En abril organiza una "Noche Mexicana" en el prestigiado Club Cosmopolitan.
A finales de julio sufre una intervención quirúrgica en el riñón izquierdo para retirarle tres cálculos.
En Nueva York, F. Mayans publica La feria (Poemas mexicanos), con ilustraciones de Miguel Covarrubias, Matías Santoyo y George (Pop) Hart.
Con los auspicios de la Rockefeller Foundation planea organizar una Exposición Artística e Industrial de México, en el Art Center de aquella ciudad, con el objeto de formar, más adelante, una compañía que importe arte y artesanía.
Ingresa a la Academia Mexicana de la Lengua.
Publica artículos en inglés en Theatre Arts Monthly y en Parnassus. Sufre una recaída de sus enfermedades renales, lo cual hace disminuir el ritmo de su trabajo. Viaja a Washington a visitar a la legación mexicana. En entrevista con Lil-Nahí, hace referencias a varios temas teosóficos que plantean visiones generales de la cultura y establecen vínculos con la producción artística. Entre las personalidades mencionadas aparecen Bragdon, Blavatsky, Krishnamurti y Gabriela Mistral, con quien se encontró en Nueva York.1
Nina Cabrera de Tablada, José Juan Tablada en la intimidad, UNAM, México, 1954, p. 67-72.
Recibe una carta de Grace D. Vanamee, asistente del presidente de The American Academy of Arts and Letters, sobre su nombramiento como delegado de la Academia Mexicana.
En el otoño, a propósito de la gran exposición Mexican Arts, llevada a cabo en el Museo Metropolitano de Nueva York, Tablada participa en la divulgación de la misma y ve coronados sus esfuerzos a lo largo de quince años por la divulgación de los artistas mexicanos en aquel país.
La exposición, que reunió 1261 piezas, se dividió en dos secciones: "Applied Arts" y "Fine Arts". En la primera se reunieron obras provenientes de distintas regiones del país, mientras que en la segunda se presentó obra de, entre otros, Jean Charlot, Joaquín Clausell, María Izquierdo, Agustín Lazo, Manuel Rodríguez Lozano, Carlos Mérida, Carlos Orozco-Romero, Fermín Revueltas, Miguel Covarrubias, Rufino Tamayo, José Clemente Orozco, Diego Rivera, Roberto Montenegro y David Alfaro Siqueiros. En una crónica, Tablada consideró que la exposición significó una consagración del arte mexicano.
Planea, con la Architectural League de Nueva York, una exposición de arte indígena y colonial mexicano. Su situación económica lo obliga a trabajar con un método de enseñanza del francés.
Tablada dicta conferencias sobre arte mexicano y retoma la escritura de la biografía del arquitecto y pintor mexicano Francisco Eduardo Tresguerras (1759-1833), proyecto que no concluirá.1
El Abate Mendoza prepara la antología Los mejores poemas de José Juan Tablada, que incluye textos inéditos en libro. José D. Frías se ocupa de su obra en prosa con un objetivo similar, aunque no concluye el proyecto.
En octubre consigna con preocupación en su diario un probable embarazo de Nina Cabrera, que hubiera implicado para ser padre a los 62 años:
Octubre 10. Fui a ver a Claude Bragdon y le conté mi cuita. ¡Mi mujer encinta! ¡Si resulta, seré padre al cumplir 62 años! Claude tan acogedor y magnánimo como siempre. Me abrazó, me mantuvo abrazado, conmovido y conmoviéndome hasta el nudo en la garganta. Por lo pronto, sólo me siento anonadado, como si me hubieran dado un golpe en el cerebro. ¡Pero si ese amor fuera causa de la Liberación!2
En 1932 dio algunas páginas de ella a la revista Nuestro México, ver José María González de Mendoza, Ensayos selectos, "Tablada y Tresguerras", México, FCE, 1970, pp. 172-175.
Obras IV. Diario (1900-1944), p. 319.
El 1º de mayo es nombrado Escribiente de Primera del Consulado mexicano en Nueva York.
Por carta, el 31 de enero, informa a Guillermo Jiménez (1891-1967), escritor y diplomático jalisciense, que se ha mudado a "5108 Albany Post Road, Bronx, New York".1
Cf. Nina Cabrera de Tablada, José Juan Tablada en la intimidad, UNAM, México, 1954, p. 171.
En su primera colaboración se menciona que:
La Secretaría de Educación Pública ha recibido interesantes artículos del escritor mexicano relacionados con tópicos de rigurosa actualidad internacional
—Ofreceremos a los lectores de El Nacional el primero de estos artículos en el que Tablada aborda el tema del cinema educativo”.1
Los textos hablan sobre la educación norteamericana, socialista y rural, y sobre su relación con los medios de comunicación. Al parecer sus colaboraciones se extendieron hasta mediados de septiembre del mismo año, varias de ellas firmadas: "Nueva York, 1935".
El Nacional, 5 de marzo de 1935, p. 10.
En agosto pasa una temporada en la Ciudad de México, durante la cual será agasajado por sus amigos con una comida en la Maison Ratée.1 En septiembre, Rafael Heliodoro Valle lo entrevista.
Se publican varios artículos sobre su visita a México que lo reintroducen en la vida cultural del país.2
En noviembre de ese año se anuncia un banquete ofrecido en "honor del alto poeta y culto prosista" por Manuel del Valle y M. A. Frías en L'Escargot.3
Este restaurante estuvo en la 7a. calle de Bolívar, antes Calle de las Ratas. Su nombre provino de esta ubicación y de parodiar al famoso restaurante La Maison Dorée. Fue propiedad de José Pérez (Archivo Histórico de la Ciudad de México, Fondo Ayuntamiento, Sección Infracciones, Volumen 1646, julio de 1911 a septiembre de 1911).
Sin firma, "Tablada conoció al judío errante", en Jueves de Excélsior, 5 de septiembre de 1935, pp. 8-9. Humberto Tejera, "Itinerario de José Juan Tablada", en El Nacional, 20 de octubre de 1935, pp. 11-12.
Jueves de Excélsior, 21 de noviembre de 1935, p. 29.
En el verano, alrededor del mes de julio, se instala con su esposa en la Colonia del Valle de la Ciudad de México pero, en busca de menos altura y más tranquilidad, decide mudarse a Cuernavaca.
Inicia su columna "México de día y de noche" en Excélsior, diario en el que continuará contribuyendo con diversas crónicas hasta diciembre de 1939. Protegido por el general Eduardo Hay, Secretario de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, recibe el nombramiento de Jefe de sección "A" en el Departamento Administrativo.
Sale a la luz su primer volumen de memorias, La feria de la vida, publicado por la Editorial Botas.
En abril organiza, con Gabriel Fernández Ledesma, una exposición de paisajes de Hiroshigue en el Palacio de Bellas Artes.
Recibe una propuesta para fundar la Sociedad Protectora de Animales cuya causa había estado apoyando en la prensa desde el año anterior.
Inicia en el mes de enero la publicación de Mexican Art & Life, una revista sobre arte y cultura mexicanos en inglés, como director y colaborador. La revista, impresa en los Talleres Gráficos de la Nación, surge como una de las principales herramientas del Departamento Autónomo de Prensa y Publicidad (DAPP) y de la Secretaría de Relaciones Exteriores durante el Cardenismo. Con una periodicidad trimestral alcanzó solamente 7 números (enero, abril, julio y octubre de 1938; enero abril y julio de 1939).
Gracias a la calidad de sus contenidos, su diseño, cantidad de imágenes y cuidada edición, fue preferida por diplomáticos y otras personalidades para publicitar al país. En el primer número, se declara que su propósito es “dar a conocer al público de habla inglesa los exponentes de nuestra cultura, los momentos de las civilizaciones pasadas, las joyas artísticas de la época colonial y proporcionar datos serios e interesantes sobre nuestra vida actual”.
En marzo, viaja con su esposa a La Habana, donde permanecen por unos meses, para distraerse de los problemas que implicó su traslado a Cuernavaca. Según Nina Cabrera, eventos como el presenciar el asesinato de un arriero por un gendarme le habían alterado los nervios.
En este año, en el que reúne casi una treintena de crónicas, Tablada escribe varios artículos en los que rememora acontecimientos de 1918, se dedica a la defensa de la naturaleza y los animales y comenta noticias de la Segunda Guerra Mundial.
Proyecta organizar una exposición particular de libros y estampas japonesas en su casa de Cuernavaca.
Luego de la disminución de sus entregas a Excélsior el año anterior (clasificadas por Esperanza Lara Velázquez como "Miscelánea"), en julio de 1942 retoma esta tarea con regularidad. Destaca una evocación de su encuentro con el poeta Luis G. Urbina: "Luis G. Urbina aparece...".
La Editorial Surco del Sindicato Mexicano de Electricistas publica la antología Los mejores poemas de José Juan Tablada en cuya elaboración el poeta había participado.
Con la ayuda de su esposa Nina, prepara la antología Del humorismo a la carcajada, que publica la Editorial Mexicana. Su estado de salud empeora y le diagnostican asma. Piensa abandonar Cuernavaca por la altura. El desorden, el ruido y la inseguridad, de los que se venía quejando, también contribuyen a que tome una determinación.
A finales de agosto viaja a Nueva York, donde se siente mejor, y decide reinstalarse.
Viaja a México, a principios de año, para vender su casa de Cuernavaca. Regresa definitivamente a Nueva York, donde recibe el nombramiento de Tercer Secretario del Servicio Exterior adscrito al Consulado de México.
Muere en su casa el 2 de agosto, a causa de un infarto. Por iniciativa de su viuda, el Gobierno mexicano traslada sus restos al Cementerio de San Miguel, de la capital mexicana. El 5 de noviembre de 1946 éstos fueron reubicados en la Rotonda de los Hombres Ilustres, en el Panteón de Dolores, mientras se realizaba un homenaje donde se leyeron discursos de Balvino Dávalos, Jaime Torres Bodet, Alejandro Quijano, etc.1
Sin firma, "Tablada reposa en la Rotonda de los Ilustres", en Excélsior, 6 de noviembre de 1946, pp. 6 y 16.